Se formó en el Círculo de Guitarras de Buenos Aires y en The League Of Crafty Guitarists de Robert Fripp (King Crimson). Oriundo de la provincia de Mendoza, guitarrista, emprendedor y abogado, actualmente reside en Dublin, donde grabó Flashes, su nuevo EP que mixtura bellas y atmosféricas composiciones con lo mejor del rock y el pop. Adentrémonos en el mundo de Alejandro Llosa, el artista argentino que, como el flash de una cámara, despide una luz intensa – pero a través de la música- en la capital de Irlanda.
Entrevista: Hernán Osuna
Cinco años atrás, Alejandro Llosa llegó a Dublin sin conocer a nadie y rápidamente sintió algo especial por la capital de Irlanda. Tal como explicará más adelante en la entrevista, hubo algo inicial, una sensación de conexión casi instantánea.
Músico oriundo de la provincia de Mendoza, formado en el Círculo de Guitarras de Buenos Aires y el The League Of Crafty Guitarists- ensamble del renombrado guitarrista Robert Fripp, de los reyes del progresivo King Crimson-, Llosa no sólo posee una gran instrucción técnica y académica en el campo guitarrístico, sino que también tiene la sensibilidad y el buen gusto de alguien que sabe cómo capitalizar sensaciones en un track. Es un artesano en lo referente a crear atmósferas y sonidos que dejan volar la imaginación.
Flashes, su más reciente EP, registrado en su propio home studio y en Windmill Lane, quizás el recinto de grabación más famoso de Irlanda (por allí han pasado artistas como U2, The Rolling Stones, David Bowie, Van Morrison y otros) refleja lo que se mencionaba anteriormente: la simpleza orientada a embellecer una sensación. De eso se trata, quizás. De transmitir algo genuino y sencillamente conectar con la o el oyente.
Días antes de que el país abandone el lockdown, pasando de fase 5 a fase 3, Radio Latina en Dublin se comunicó con Llosa para dialogar sobre su flamante material; cómo fue el proceso de grabación, la vida en la capital de Irlanda, su experiencia junto a Robert Fripp, todo lo relativo a SoundAR, la productora musical que fundó hace un tiempo y otros detalles. Adentrémonos en el mundo de Alejandro Llosa, un mendocino que sabe que, como el buen vino de su provincia, a la mejor música hay que dejarla madurar para que luego sorprenda por su sabor y simpleza:
¿Cómo fue el proceso de grabación de Flashes, tu nuevo EP?
Es un álbum que surgió aquí en Irlanda. Siempre compuse canciones, pero durante muchos años me dediqué a tocar en contextos de ensambles de guitarra y quizás no tuve tiempo de enfocarme plenamente en mis temas. Acá en Dublin se respira una cultura musical muy fuerte y eso influyó mucho a la hora de grabar este EP desde cero, reflejando mi experiencia en la capital de Irlanda. Comencé a componerlo en 2019 y hablé con el productor Leandro Lacerna, quien también es mendocino. Él tenía muchas ganas de venir a Europa y llegamos a un acuerdo para que viniera a Dublin a trabajar conmigo durante algunas semanas. Yo ya sabía que él venía en octubre, así que eso fue el incentivo para terminar las canciones que integran el material. Trabajamos la pre producción a distancia.
¿Dónde se hizo el registro?
Hicimos varias cosas acá en mi estudio y después fuimos a Windmill Lane Studios, un estudio mítico en la zona de Dublin 4, cerca de mi casa, donde han grabado U2, David Bowie y otros artistas. Allí terminamos de grabar voces, algunas percusiones y guitarras. Como músico invitado estuvo otro mendocino, Leandro Aput (ex guitarrista de Cabezones), quien también vino a la ciudad. Fue una experiencia hermosa. El álbum lo terminó mezclando Leandro en Mendoza. Volviendo a lo que te mencionaba del estudio, fue un sueño haber podido grabar en un sitio tan legendario. Es como el equivalente irlandés del Abbey Road de Inglaterra.
¡Con la excusa de grabar música se terminó generando una reunión de argentinos en Dublin!
Sí, totalmente.
¿Qué artistas te marcaron a lo largo de tu carrera?
Mi base comienza con grandes músicos del rock argentino: Gustavo Cerati, Luis Alberto Spinetta y otros. Son todos artistas que han tenido mucho que ver en mi formación musical inicial e inevitablemente hay matices inconscientes de ellos en mi música. En este álbum hay muchas guitarras; fue concebido desde ese lugar. También hay varias capas de guitarras, eso fue una decisión de producción y guarda relación con las influencias que te mencionaba. Gustavo Cerati tenía mucho de eso. Obviamente también hay mucha música internacional que he escuchado a lo largo de mi vida, así que creo que uno va poniendo un poco de todo eso en la propia obra.
Contame sobre tu paso por distintos ensambles de guitarra. Estuviste en el Círculo de Guitarras de Buenos Aires y en The League Of Crafty Guitarists del legendario Robert Fripp (King Crimson). ¿Qué te aportaron dichas experiencias, tanto a nivel formativo como humano?
Fueron aprendizajes que me cambiaron la vida, literalmente. En su momento, cuando empecé con esto, a los 18 años, mi profesor estaba involucrado en uno de estos ensambles y me sugirió sumarme. En una determinada oportunidad se llevó a cabo un concierto del League Of Crafty Guitarists de Robert Fripp y fue como revelador. Pensé: “Quiero tocar ahí, ¿cómo puedo hacer?”. De ahí en adelante empecé a hacer cursos, conocer gente y viajar. Fue un proceso de varios años de mucha práctica y estudio con la guitarra. De esas experiencias no sólo aprendés cosas relativas al instrumento o de la música, sino cuestiones vinculadas a tu propia disciplina y organización con lo que hacés y con la vida en general. Reformulás cosas y te ordenás. Desde cómo armar una sesión de practica personal, cosas que son importantes en una performance, y otros aspectos que a veces no te detenés a pensar.
Y aparte, en el caso del ensamble de Fripp, estamos hablando de alguien con más de cinco décadas de experiencia a sus espaldas…
Sí, es una persona con años y años de giras y escenarios. Brinda mucha información y te baja a la realidad ciertos aspectos que tienen que ver con la parte humana del músico. Lo ves y parece de otro planeta…
Pero sin embargo es de carne y hueso, como nosotros.
Exactamente. Y tiene los mismos miedos y preocupaciones que podés tener vos al salir a tocar para 100 personas en un bar. Como te decía, fue un gran aprendizaje de vida. Y también, desde lo relativo al instrumento.
Escuchando tu disco percibí que “Impulso Estéreo” tiene un aire a Soda Stereo, pero también una atmósfera que remite a la banda británica de rock progresivo Porcupine Tree. ¿Te gusta ese estilo?
Porcupine Tree es un gran grupo que escuché durante años. Steven Wilson, su líder, es un animal. Con respecto a lo mío, las letras no son tan tangibles, tienen que ver mucho conmigo y con mi experiencia aquí en Dublin, siempre reflejando el crecimiento personal que fui atravesando. Quizás no se ve tanto en las líricas, pero tiene que ver con eso. Lo mismo pasa con la sonoridad del disco, no es nada complejo, es más bien simple, pero hay muchas capas de música sonando. Otra de las premisas del EP fue justamente volver a la simpleza, con una definición muy clara. Las canciones tienen sus arreglos, pero queríamos que fuera algo directo, tangible y agradable al oído.
Hace 5 años que estás en Dublin. ¿Cómo ves a la ciudad y al país hoy, más allá de la pandemia?
Irlanda me encantó desde el primer momento que llegué. Vine sin conocer a nadie y me conecté rápidamente con la ciudad y la simpleza de su gente. Hay algo que te atrapa en ese sentido, o por lo menos eso me pasó a mí. Tiene como una vibra musical y cultural que es magnífica. La gente se ve relajada, con ganas de pasarla bien, salir, tomar algo y disfrutar. Eso me encantó y lo fui confirmado a través de los años: hay simpleza. Simpleza en la forma de vivir de la gente, sin tantas pretensiones.
Como que las y los irlandeses no tienen la necesidad de “correr” por la vida, como si se tratara de una carrera, ¿decís?
¿Viste que nosotros en Argentina tenemos como esa cultura de ser más ambiciosos, de ir por lo material, el auto, la casa y seguir y seguir? Acá pareciera que son más relajados a nivel general. La gente se conforma con poco, pero no como algo malo, sino que prioriza otras cuestiones. Obvio que también la economía y el país te permiten algunas cosas y eso hace que vivan la vida más relajada, algo que nosotros como argentinos no lo tenemos tan incorporado. Porque obviamente nos cuesta todo mucho más por nuestra economía, cultura y otros aspectos. Eso fue algo que me impactó al principio. Acá te desacostumbrás un poco a la incertidumbre de no saber qué va a pasar mañana.
Hablemos sobre el impacto de la pandemia en el país. ¿Qué visión tenés con respecto al futuro, cuando el COVID-19 sólo sea un mal recuerdo?
La pandemia impactó mucho, sobre todo a nivel cultural. El año pasado se empezó a generar una movida de músicos nuevos, de lugares que estaban armando ciclos, música original… Yo mismo comencé a armar una productora y me contacté con los dueños de venues para planear cosas. Y en ese sentido, todo lo que pasó después fue un golpe en seco que cortó todo. Lamentablemente muchos lugares tuvieron que cerrar. Espero que cuando pase lo del Covid-19, se vuelva a consumir cultura masivamente. Creo que va a haber un regreso fuerte y mucha actividad para las y los músicos. Todo lo que es la industria del entretenimiento en general fue muy castigada.
Además de músico, sos abogado y también lanzaste la productora SoundAr. Recuerdo que ya tenías programado un show de Fabiana Cantilo. Contame más al respecto.
La idea de SoundAR surgió junto a un amigo, acá en Dublin. El año pasado tuvimos la posibilidad de traer al comediante argentino Roberto Moldavsky ya veníamos pensando en organizar algunos eventos. Normalmente cuando las bandas argentinas hacen giras europeas no piensan en Dublin, porque la comunidad argentina es más chica que la de Madrid o Londres. Pero nuestra idea fue armar una propuesta y ofrecerle algo atractivo a los artistas para que puedan venir a Dublin y pasar un par de días, conocer un poco y tocar. El concepto fue el de hacer algo más personalizado. Lo de Moldavsky salió buenísimo, a la gente le gustó mucho y estuvo muy bueno. Fue una gran experiencia. Eso ayudó a que se corriera la voz sobre la productora en Buenos Aires. Después surgió lo de Fabiana Cantilo, pero la pandemia canceló todo. Si todo sale bien, el concierto se hará en mayo del año que viene. Ya hay más de 100 entradas vendidas, incluso. Tenemos varias cosas en agenda. Queremos darle impulso a la gente y conectar a más músicas y músicos.
Si quieres escuchar el nuevo disco de Alejandro LLosa – «Flashes», apreta aquí.